Comencemos esta entrevista conociéndote un poco más. ¿Quién es Daniel Mateo?
Hola, primero me gustaría expresar mi gratitud por esta oportunidad que me ofreces para hablar, ya no tanto de mí y de mi nuevo poemario. Si no, de la poesía y del lugar que ocupa en este loco mundo.
¿Quién es Daniel Mateo?, esa pregunta, que últimamente me hacen mucho, para mi es tan compleja como sencilla. Me permito contestar de la misma manera, con algo de poesía.
Daniel Mateo es algo que se lleva creando y contestando ya durante 43 años y ahí sigue, evolucionando y cambiando hasta quién sabe cuando.
Soy un fruto del árbol de la experiencia. Hijo de mis pasiones y observador de la verdad como estado natural de todas las cosas.
Bajando más a la tierra la respuesta: Me considero una persona sencilla y de carácter feliz. Mi profesión es la de Director de arte en una empresa de efectos visuales. La cual alimenta una de mis grandes pasiones, el cine y el arte aplicado a este medio.
Una persona que practica la creatividad, la bondad y busca la magia que está “semioculta” detrás de cada cosa y acto. Amante de la poesía, la filosofía, la mística, la fantasía y muchas otras sacudidas culturales.
¿Cómo y cuándo dirías que nace en ti la pasión por la escritura y sobre todo, por la poesía?
Mi pasión por la escritura surge de esa necesidad, yo creo, intrínseca en toda la especie humana, por la exploración y experiencia en el ámbito de la comunicación. Todos necesitamos expresarnos, siempre, y a veces no de forma directa. En ocasiones nuestra comunicación nos pide usar el juego de la estética, de la magia, de la metáfora y la retórica. De alguna manera, dicha necesidad siempre ha estado en mí. Podría decir que comencé a ser consciente de ello en la pubertad, donde mi personalidad se definía y toda la atmósfera empieza a ser más intensa y dramática.
Hoy hablaremos de tu poemario “Perder la herida” pero, ¿es este tu primer poemario?
Es mi primer poemario publicado, suceso que agradezco enormemente a la editorial Talón de Aquiles por tan preciosa experiencia. Tengo más poemarios escritos, pero nunca he necesitado pasar por la publicación de ellos, hasta ahora. Walt Withman decía en hojas de hierba:
(…) que prosigue el poderoso drama y que tú puedes contribuir con un verso. ¿Cual será tu verso?
De alguna manera me decanté por optar a la publicación por esa llamada a mi humilde contribución poética.
-¿Cuándo consideras que perdemos una herida?
Esta pregunta me parece muy interesante. Creo que perdemos una herida cuando sentimos que hemos superado un trauma. Perder una herida no significa negarla o fingir que no hubo sufrimiento. Es justo lo contrario, la herida se pierde cuando la hemos aceptado y hemos navegado por su surco. La reconocemos como nuestra, como señal y prueba de que pasamos por “aquella” travesía. La herida se pierde justo cuando ya es parte amable de nosotros y convivimos con su memoria, su aprendizaje y su vida. Cuando perdemos una herida, inmediatamente, somos más grandes.
¿Cuál dirías que es tu herida más profunda? ¿Has conseguido perderla?
Mi herida más profunda es la resultante de una pérdida repentina y dolorosa producida hace ya muchos años. Una cicatriz profunda que consiguió tambalear toda mi realidad. Un descenso abrupto a las oscuridades. Pero contra todo pronóstico, escalada a escalada, pequeños salientes con forma de madre, familia, amigos, pasiones y experiencias, uno llega a la cima de la cicatrización. Ahí justo la herida se pierde y uno se encuentra. Largo y complicado, doloroso y lento. Y finalmente luminoso y verdadero.
Tus lectores buscarán su herida para deshacerse de ella. ¿Qué consejo les darías para que la puedan perder?
Como dice la sinopsis del libro: todos tenemos una herida. Eso es irremediable. Creo que lo más importante y decisivo es la aceptación desde la paz, la no lucha. La consciencia que busca, sabe, y si nosotros con valor elegimos escucharla nos brinda peldaños de luz para que podamos emprender nuestra ascensión.
Mi consejo: Que no luchemos con lo inevitable. Sí que aprendamos a estar en paz y dejarnos llevar por el aire y las corrientes, con consciencia.
Sin hacernos mucho spoiler de lo que encontraremos en tu poemario, recítanos algunos versos del que prefieras.
Sin más dejo una porción en forma de versos:
Solo el acto te sucede.
Solo el acto advierte tu identidad. Tu existencia depende de
tocar y suceder tocado
no importa si lo hace
una mano herida
o cualquier otra parte
del universo.
Tu libro “Perder la herida” está teniendo un bonito recorrido. Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes con algún lector
Hay muchas anécdotas, todas ellas sencillas y preciosas las cuales agradezco.
Muchas personas me han comentado el momento en el que han leído el poemario. Y todos ellos eran entornos agradables y pacíficos, bosques, playas, casitas en pueblos… lugares donde la mente consigue bajar su ritmo y provocar la situación idónea para que la poesía entre en nosotros. No por el intelecto y la razón, si no, por otros accesos más ocultos, indirectos y mágicos.
Y cuando no escribes, ¿en qué ocupas tu tiempo?
Mi tiempo se ocupa en tantas cosas que despiertan mi inquietud. El cine, la lectura, la naturaleza, hacer música, jugar, experimentar y probar aquello que llamamos vivir.
Para terminar, dinos donde podemos encontrar tu libro de poesía “Perder la herida”.
Perder la herida, se puede conseguir, en cualquier librería bajo pedido, en Amazon o través de mí directamente lo cual, iría acompañado de una dedicatoria en forma de versos.
Aprovecho este espacio, Miriam, para agradecerte esta bonita entrevista. Desearte el mejor de los éxitos en todo lo que haces. Y decir a cada ser que haya leído estas palabras que no deje de creer en la magia y la poesía, que, si miramos adecuadamente, la encontraremos en todas partes.
Entrevista realizada por Mirian Romero