Maika M. Montilla
Una obra que se lee en un suspiro y en la que la autora juega continuamente con el lector con giros inesperados que nos descolocan y nos asombran.
La obra está dividida en varias fases, una primera en la que la protagonista llega a la casa de sus sueños, conoce gente en el pueblo, se ubica allí, y descubre la historia que envuelve la casa. En esta fase se nos presenta también la historia de Lara, la protagonista y su entorno más cercano. En este momento yo creía que me iba a enfrentar a una historia de corte sobrenatural, me encantaba el planteamiento y la posibilidad de existencia de fantasmas.
Más adelante, la historia deja el plano sobrenatural para contarnos el proceso de enamoramiento de los protagonistas. Una bonita historia de amor de dos auténticos desconocidos en la que ella, Lara, decide ayudar al ente que está en su casa para que supere sus traumas. Nos encontramos con escenas realmente enternecedoras.
Y a partir de aquí, cuando todo está encauzado y resuelto, la autora da un giro brutal a la historia, en la que nos deja con muchas dudas acerca de todo lo sucedido hasta entonces.
Todavía hay una vuelta de tuerca más, el desenlace, con un final precioso, en el que descubrimos todo lo que le sucedió a Lara en realidad, y lo fuerte que puede llegar a ser después de que cuestionan incluso su lucidez.
Me encanta como la autora nos pone en cada momento donde quiere, los personajes, que nos van llevando a través de la historia y el final, un final que lo cierra todo, en el que se ponen los puntos sobre las ies, y en el que todo queda como debería estar.