Se trata de un cuento infantil donde un lobo quiere ser aceptado por las hadas. Dos seres muy distintos en apariencia, pero que van perfectos para que el autor nos deje un precioso mensaje sobre la aceptación, la amistad y el amor. En resumen valores de los que se están perdiendo y que son imprescindibles para que la humanidad evolucione en luz y amor. Salva no ha necesitado de lenguajes extraños ni rocambolescos para acceder al lector, y menos si es como en esta ocasión, que se trata de niños. Aún así, a mi modo de entender, el autor ha sabido escoger las palabras adecuadas y el hilo conductor necesario para dotar a este cuento de gran maestría.