Hoy miércoles vamos a conocer un poco más a una escritora increíble. Sin más preámbulos, vamos a empezar:
¿Quién se esconde detrás de esas historias tan bien contadas?
Una persona sencilla, humilde, con tanta energía que muchas veces no sabe parar y relajarse lo cual supone uno de sus mayores desafíos. Y una mujer con ganas insaciables de aprender y de vivir muchas vidas.
¿Te has sentido vulnerable a la hora de escribir?
Me encanta esta pregunta y me sorprende porque nunca antes me la hicieron. Escribiendo no me he sentido vulnerable porque creo que es un acto de catarsis y liberación tremendo (al menos para mí). Pero sí me he sentido vulnerable al publicar porque es abrirte al mundo y dejar que te “lean” en muchos sentidos.
¿Por qué escribes? Ve un poco más allá, ¿por qué decidiste publicar?
Escribo simplemente por egoísmo, porque me relaja, porque me saca ideas que no paran, porque me calma esa vitalidad insaciable. Sin embargo, publicar lo hago de manera más altruista. Pienso que mis letras pueden ayudar a otras personas que se sienten como yo. Me encantaría pensar que es una manera de dejar un legado al mundo, de devolver a esta cultura lo mucho que me ha dado.
¿Te has enamorado, discutido o mosqueado con algún personaje de alguna de tus historias?
Me enamoré de las mosquitas, en especial de la mendiga. Me he mosqueado con María, la protagonista de mi ópera prima (Fratricidio) por el lastre de su culpa, por ser tan bondadosa y pensar en los demás antes que en ella misma… Y por esos mismos motivos también la amaba. Me recordaba a muchas mujeres de carne y hueso.
Ahora sí, dinos como se llama tu libro y donde lo podemos adquirir.
Mi último libro se titula Mosquitas Muertas y se puede pedir en cualquier librería física o virtualmente en la más grande del mundo: Amazon.
Nos podrías contar un poco más sobre él.
Es un conjunto de relatos, o novela corta con un hilo conductor (como me gusta decir a mí jejeee). Es un libro ameno, de fácil lectura, que te atrapa porque cada historia es diferente y te cuenta sus vidas de manera ágil: con acciones y situaciones concretas, sin demasiado decoro en adjetivos ni pensamientos. Siento que son relatos fotográficos, que puedes ver y no solo leer.
De todas las historias, ¿cuál te costó más narrarla?
La primera, sin duda. Porque es la historia de un menor y yo siento especial afecto por la infancia y su felicidad.
Nos podrías contar un poco más sobre la historia de la vagabunda.
Esa historia llevaba en mi interior mucho antes de escribir las mosquitas, incluso mucho antes de escribir la novela anterior. Incluso mucho antes de plantearme ser psicóloga e indagar en la vida de personas vulnerables. Una tarde, siendo veinteañera, vi un programa en la televisión en el que aparecía un grupo de voluntariado repartiendo comida a personas indigentes de las calles céntricas de una ciudad. Una de las voluntarias dijo: “no podemos solucionar la mendicidad poniéndoles un piso, un trabajo y decidiendo que sean personas reinsertadas, hay que conocer sus vidas, saber qué les llevó a la calle y tratar ese duelo”.
Así se sembró en mí la semilla de mirar la mendicidad desde otro punto. Y ese poso salió convertido en una de mis mosquitas diez años más tarde.
Sé que la historia que más te gusta es la del Quinto ¿por qué?
Me gusta especialmente porque habla de amor. Esa importancia que te otorgan otras personas, como son los bebés de la familia, que te saca el lado más complejo de los miedos y las fobias de impulsión: el pensar obsesivamente en que puedes herirles.
Nuevos proyectos.
Siguiendo la línea de Mosquitas Muertas tengo una obra llamada Adictas en las que diez mujeres te roban lágrimas y risas a partes iguales. Tengo el texto listo para que la gran correctora Mati lo revise y para que el gran Guillermo lo maquete, pero mis miedos a visibilizar la soledad del adicto me están frenando. Tengo el corazón dividido, siento que las mujeres adictas necesitan tener voz, pero egoístamente siento que se me puede malinterpretar en el libro y que se me juzgue sin conocerme. Tengo en mi mente un ángel y un demonio luchando y no sé quién ganará.
Qué le dirías a alguien que está empezando a escribir y no sabe si publicar.
Les diría que se apoyen en otras personas que ya lo hicieron antes. Que se unan a la comunidad de escritores de Huella Cultural porque encontrarán ayuda. Les pediría que se informen bien sobre cómo publicar y lo digo sabiendo que yo no soy ninguna experta. Y, sobre todo, les advertirían sobre que no se fíen de todas las editoriales porque en ocasiones el escritor se convierte en cliente y pierde la ilusión en lo que hace.
Hazle una pregunta a las personas que van a leer esta entrevista.
¿Qué historia te gustaría leer de mi puño, letra y estilo?
Gracias por esta gran entrevista
Contestando a la pregunta de Azucena, diría que con su estilo cualquier historia que cuente nos conmoverá. Estupenda entrevista 👏
Gracias Maika! Qué lindo comentario. A mí encanta tu estilo y la sensibilidad en mostrar el mundo interior de los personajes ❤️
Azucena, y esto es una cosa que nunca he dicho públicamente, es una de las personas que más admiro en este mundo literario que compartimos. No solo por lo que me impactó su primera novela «Fraticidio», he nombrado en algunas reseñas a otros libros su principio como uno de los mejores que he leído en mi vida, tampoco por la estructura inolvidable de esa historia, ni siquiera por el talento que le reconozco como escritora. La admiro, sobre todo, por ese vínculo que tiene consigo misma, porque ha conseguido que la escritora y la persona se retroalimenten, porque no se fía de los halagos, se despoja de ellos para caminar más segura y más liviana. Azucena se ha desvinculado de todos los lugares que huelen a laurel, de todos esos brillos que tal solo son el producto de un reflejo. Pisa fuerte y, sin embargo, no hace ruido. Azucena es uno de esos seres a los que nunca te atreves a decirle lo que piensas de ella porque sabes a ciencia cierta que no te va a creer. Es una escritora a la que leer a escondidas para que no sepa nunca lo mucho que te gusta cómo escribe. Existe el miedo a que se rompa ese secreto entre tú y sus letras. Repito, «Fraticidio», es uno de los libros que más me han gustado y uno de los que nunca olvidaré.